No nos conocimos mucho, pero me tenía mucho aprecio y yo a ella también. Me eché a llorar ... solo tenía cuarenta y alguno.
Padecía una enfermedad mental desde hacía muchos años, pero mi amigo se enamoró de ella y ha sido su ángel de la guarda durante los quince años que ha durado su convivencia. Tenía dos hijos en casas de acogida. No sabía nada de ellos hasta que Alberto consiguió que la dejaran verlos, y que reanudaran la relación con su madre.
La salvó de unos cuantos intentos de suicidio, y seguramente de que acabara internada en un psiquiátrico el resto de sus días .
Y va y de repente se muere atragantada.
Cuando me pasan estas cosas soy más consciente todavía de que esta vida es un soplo que puede dejar de soplar en cualquier momento. Estuve muy triste ...
Y ayer recibo la noticia de que me han escogido para pasar una semana con todos los gastos pagados en un sitio idílico al sur de Portugal. Mi arte y yo solitas. Con un par de graciosos, dueños de la idea.
Esto es precisamente lo que me gusta de la vida ...
Me siento muy afortunada, y tengo la impresión de que la que se ha ido ha tenido algo que ver con mi fortuna.
Es curioso el destino.
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