He ido a la cocina a hacerme la comida, y de pronto me ha entrado un
retorcijón de tripas que me ha hecho salir disparada hacia el baño.
Solucionado el entuerto, ya saliendo, me he mirado al espejo con el rabillo del ojo porque soy algo coquetuela.
Y me ha parecido ver que tenía tres.
Tres rabillos con el resto de su ojo respectivamente.
Entonces me he mirado de frente, de repente, y si. Misteriosamente me
ha salido un ojo nuevo justo en la barbilla, que ni siquiera me hace
juego.
Lo bueno que el bigote parece una ceja.
Además, ahora veo perfectamente el color de la gente, que aparentemente parece el mismo, pero no.
Veo toda la gama del gris al negro, como un mar de dudas , incertidumbres y vacíos.
Aunque también afortunadamente, observo chispillas de los demás colores desperdigadas, haciendo que el gris parezca luminoso.
A veces veo concentración de colorines en un sitio concreto. Y tengo suerte, porque a mi alrededor el gris es escaso.
De todas formas, no quiero este ojo.
No me imagino subiendo al tren y ver todo el vagón saturado del color
que sea y con todos mirándome y pensando que me ven algo raro, pero no
saben qué .
Jo.
A ver qué hago ahora...
Voy a por el libro de anular conjuros, y como pille al duende que me ha hecho esto, se va a enterar...
Buen día a todes.
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