Buenos días a todes. Son casi las dos de la mañana, y es imposible
dormir. Con tanta belleza no se puede. Creo que se me han emborrachado
todos los sentidos que tengo y hasta alguno que no conocía.
Ocho
horas seguidas de paseo interrunmpido por alguna que otra cerveza, el
canto de los pájaros y varias paradas en diferentes placicas, que son
una delicia en el Albaicín. Ah! y litros y litros de agua...
Se me quedan cortas las palabras para describir, por ejemplo, el característico
aroma de las exuberantes adelfas en flor, o la paz que da estar por
esos vergeles salpicados de historia, de arte y de fuentes cuyo sólo eco
ya refresca y relaja.
Ese arte musulmán que rezuma sabiduría,
paciencia y hospitalidad. Esos suelos empedrrados a capricho cuyas
formas se quedan impresas en los pies y en la retina.
El disfrute del trabajo hecho con elegancia, equilibrio, esmero y mucha, mucha paciencia.
La viejilla sentada en un banco con su carro de la compra, castañuelas
en ristre, acompañando a uno que cantaba rumbas por Los Chichos varios
metros más allá.
La tapita de jamón, la de patatas o el salmorejo... depende dónde pares.
Me ha contao un barrendero que al Paseo de los Tristes se le llama así
porque era el trayecto que seguiá el cortejo fúnebre hasta llegar al
cementerio. Que tenían que ir con el sombrero quitado en señal de
respeto y con ese sol matador, además de la pena por el muerto , se
sumaba la tristeza del calvario que era llegar hasta el cementerio a
cabeza descubierta... Qué majo ...
Para terminar el día, conciertico
con sabor de candombe, milonga y tango, en un pueblo al lado de un
monte donde he tenido la inmensa emoción de ver el cielo totalmente
estrellado como sólo recuerdo haber visto en Marruecos, una noche que
decidimos dormir al raso en mitad de un campo de cactus.
Total, que
tengo el espíritu tan llena que no puedo dormir, aunque sí dar las
gracias al pueblo musulmán por derrochar tanto arte, tanta delicadeza y
tanto amor por las cosas bien hechas.
Tendríamos mucho que aprender de ellos, aunque nos vendan casi siempre que lo suyo es odiarlos.
Un día que se quedará grabado para siempre en mi memoria, y en la vuestra también, que ahora os pongo unas foticos.
Buenas noches a todes, pasad un buen día no sea que sea el último.
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