Maletas llenas de ropa, billetes de tren.
Soledad limitada, pero encantada.
Nervios.
Se van, me quedo y me importa un bledo.
Libertad vigilada, deseada, bien recibida.
Como lluvia de abril o tormenta de verano.
No hay humano que me vaya a impedir
disfrutar de este soleado asueto.
El abeto me mira, y yo a él.
Lo observaré de noche, desde la cocina
y reanudaremos sin pausa
la causa de nuestro encuentro:
proporcionarnos paz mutuamente.
Mis brazos y sus ramas se confundirán,
lo abrazaré y bailaremos juntos.
Después mis asuntos atenderé.
El bricolaje y el maridaje entre montaña y mar.
Respirar, estirar, aprender, disfrutar y crecer.
Ya empieza la cuenta atrás.
Diez, nueve, ocho, siete , seis, cinco...
Pego un brinco y de pronto
mañana es ya.
Soledad limitada, pero encantada.
Nervios.
Se van, me quedo y me importa un bledo.
Libertad vigilada, deseada, bien recibida.
Como lluvia de abril o tormenta de verano.
No hay humano que me vaya a impedir
disfrutar de este soleado asueto.
El abeto me mira, y yo a él.
Lo observaré de noche, desde la cocina
y reanudaremos sin pausa
la causa de nuestro encuentro:
proporcionarnos paz mutuamente.
Mis brazos y sus ramas se confundirán,
lo abrazaré y bailaremos juntos.
Después mis asuntos atenderé.
El bricolaje y el maridaje entre montaña y mar.
Respirar, estirar, aprender, disfrutar y crecer.
Ya empieza la cuenta atrás.
Diez, nueve, ocho, siete , seis, cinco...
Pego un brinco y de pronto
mañana es ya.
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