Hoy mi mente está en blanco
como el papel,
como el resplandor de una nevada
en día soleado y azul de invierno.
Y siento a la primavera,
acercándose tímida y lenta,
pero segura.
Imagino fuegos nocturnos bajo las estrellas
en noches de esas en las que respirar
es como sorber del cáliz sagrado.
Y puedo sentir la tibieza suave
de una brisa que viene de lejos
para rodear el mapa de mi piel
y largarse rápidamente.
Es lo que tienen las brisas.
No siempre se puede contar con ellas.
Observo el cielo oscuro, casi negro
que contrasta con el blanco del papel
con la cresta de la ola,
con el rojo de mi sangre.
Aromas de azahar, plazuelas, fuentes.
Retazos de una vida
que me trae primavera
disfrazados de mosaico colorido,
de macetas con flores, de pozales llenos de cal.
Hoy no quiero escribir.
Prefiero quedarme en blanco.
Como las sábanas volando al sol,
Como la vajilla que duerme en el armario.
Como si yo, en realidad, no fuera yo.
como el papel,
como el resplandor de una nevada
en día soleado y azul de invierno.
Y siento a la primavera,
acercándose tímida y lenta,
pero segura.
Imagino fuegos nocturnos bajo las estrellas
en noches de esas en las que respirar
es como sorber del cáliz sagrado.
Y puedo sentir la tibieza suave
de una brisa que viene de lejos
para rodear el mapa de mi piel
y largarse rápidamente.
Es lo que tienen las brisas.
No siempre se puede contar con ellas.
Observo el cielo oscuro, casi negro
que contrasta con el blanco del papel
con la cresta de la ola,
con el rojo de mi sangre.
Aromas de azahar, plazuelas, fuentes.
Retazos de una vida
que me trae primavera
disfrazados de mosaico colorido,
de macetas con flores, de pozales llenos de cal.
Hoy no quiero escribir.
Prefiero quedarme en blanco.
Como las sábanas volando al sol,
Como la vajilla que duerme en el armario.
Como si yo, en realidad, no fuera yo.
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