- presa de mí?, eso nunca! quien viaje a mi lado ha de hacerlo de forma voluntaria. Puedes irte cuando quieras.-
Me fui en ese mismo instante sin pararme en despedidas. Quería sentirme libre cuanto antes.
Y sí, ahora lo soy. Pero me siento cautiva de mi propia libertad.
Moraleja : cuando uno se siente preso, no hay libertad que valga. La peor cárcel es nuestro propio cerebro.
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