Bajo el suelo verde y frondoso
de su tierra,
abonan los muertos la cosecha.
Hijos de la ira, hijos del narco,
hijos de la necesidad, de la avaricia,
de la ignorancia, del ojo por ojo
y de la impotencia que nunca termina.
.
Clanes o maras, hermanos en desengaño
desarraigo y desesperanza,
familias que lloran a sus hijos desaparecidos,
y fuerzas del orden, a menudo corruptas,
y sin medios para parar esos torrentes
de lágrimas sin destino y sin sentido.
.
Creando ríos de dolor allá por donde pasan.
Y es que si no hay muerto, no hay delito.
Droga, puta droga.
¿A quién conviene que la juventud muera?
Sólo a quien quiera secuestrar
el futuro de un pueblo.
.
Es difícil que nazca una sonrisa
en un universo tan desolador,
y es imposible que hasta que cada
desaparecido aparezca,
acaben el duelo y los porqués.
.
¿Hasta cuándo? Hasta que el arte,
en cualquiera de sus expresiones,
se convierta en la pista donde medirse,
hasta que las pistolas se conviertan
en brochas o en violines, en sonidos
de tambor o en danza o teatro.
.
La esperanza está escondida, pero está,
la fe está temblando, pero está también,
es necesario empezar a mover montañas.
Y que las entrañas puedan remover
la tierra, y devolver cada hijo a su madre,
para poder volver a encontrar la paz.
.
Ojalá no fuera un sueño, ojalá la Madre Tierra
los escupiera a todos, sabríamos entonces,
que el dolor no entiende
de guerras, ni de bandos,
y que la paz es el único camino.
.
Y sin arrepentimiento no hay paz,
y sin paz ya está armada otra vez
la guerra. Putas guerras.
Poder, corrupción: explotadores del alma...
Invasores de la identidad,
¡Infiernos en vida!...
de su tierra,
abonan los muertos la cosecha.
Hijos de la ira, hijos del narco,
hijos de la necesidad, de la avaricia,
de la ignorancia, del ojo por ojo
y de la impotencia que nunca termina.
.
Clanes o maras, hermanos en desengaño
desarraigo y desesperanza,
familias que lloran a sus hijos desaparecidos,
y fuerzas del orden, a menudo corruptas,
y sin medios para parar esos torrentes
de lágrimas sin destino y sin sentido.
.
Creando ríos de dolor allá por donde pasan.
Y es que si no hay muerto, no hay delito.
Droga, puta droga.
¿A quién conviene que la juventud muera?
Sólo a quien quiera secuestrar
el futuro de un pueblo.
.
Es difícil que nazca una sonrisa
en un universo tan desolador,
y es imposible que hasta que cada
desaparecido aparezca,
acaben el duelo y los porqués.
.
¿Hasta cuándo? Hasta que el arte,
en cualquiera de sus expresiones,
se convierta en la pista donde medirse,
hasta que las pistolas se conviertan
en brochas o en violines, en sonidos
de tambor o en danza o teatro.
.
La esperanza está escondida, pero está,
la fe está temblando, pero está también,
es necesario empezar a mover montañas.
Y que las entrañas puedan remover
la tierra, y devolver cada hijo a su madre,
para poder volver a encontrar la paz.
.
Ojalá no fuera un sueño, ojalá la Madre Tierra
los escupiera a todos, sabríamos entonces,
que el dolor no entiende
de guerras, ni de bandos,
y que la paz es el único camino.
.
Y sin arrepentimiento no hay paz,
y sin paz ya está armada otra vez
la guerra. Putas guerras.
Poder, corrupción: explotadores del alma...
Invasores de la identidad,
¡Infiernos en vida!...
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