SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

miércoles, 7 de diciembre de 2016

EFECTOS SECUNDARIOS DE UNA REFLEXIÓN CONTINUADA

Hoy me he puesto a reflexionar, y he reflexionado tanto, que me he quedado como en cuclillas, con las rodillas pegadas en las orejas, y las orejas a los tobillos, mirando  el horizonte que abarcaba desde debajo del culo hasta el suelo. Cabeza abajo, vamos...
La sangre no sabía muy bien el porqué de mi repentina reflexión, y se ha reunido toda en la cabeza, para ver si hacía algo o la cosa de se dejaba correr.
Los hematíes estaban que echaban humo, tienen un carácter bastante incendiario, y no les gusta los cambios repentinos de rutina.
Los glóbulos blancos encantados con el cambio. Como flotan...
Y luego el plasma que simplemente se ha quedado plasmado y no decía ni mú.
Por otro lado, tanto riego, ha provocado que las puntas de mis dendritas se electrifiquen por demás y eso me ha permitido reflexionar en varias cosas a la vez:
- que la palabra matrimonio tiene la mitad de las letras endemoniadas.
- que si voy a comprar, voy. Pero prefiero no ir.
- que mis dedos gordos del pie no piensan evolucionar porque no pueden pensar.
- que según como reflexiones se produce un leve cosquilleo que luego va a más.
- y sobre todo que reflexionar muchas veces , al final tiene algo que ver con la física cuántica, por aquello de que se van elevando las potencias, y al final no sabes qué hacer con tanta energía, y te pones a escribir cosas como esta.
Que en el fondo ni te van ni te vienen, y a pesar de no resultar entrañables, despiertan una especie de sentimiento indefinido que no se sabe muy bien qué hacer con él, y que además tiende a dejarte cejijunta y boquiabierta.
Me estoy planteando dejarlo seriamente.
Al menos a diario. Y si no, unos días flexionaré  y otros, sólo re. ( que es harto más musical).

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