LIBERTAD
Una palabra sagrada, porque es la única que nos permite ver el yo verdadero.
El yo libre de perjucios y prejucios.
El yo creativo, el yo afable y amable.
El yo que permite distinguir la identidad verdadera y las verdades peremnes.
El yo que vive en paz, a pesar del mundo.
Nos han secuestrado a La Libertad, y la están prostituyendo.
Y ahí nos quedamos , lamentándonos porque nos han quitado un cacho de alma, el más importante junto al del amor verdadero.
Intentando llenar ese vacío, con las ganas que nos provocan los vendedores de sueños fatuos, que se prodigan como aquellas plagas que como cuenta la Biblia, hubo en el antiguo Egipto.
Se ha matado en su nombvre y en su nombre se han quemado y erigido banderas, fronteras, y grandes estatuas.
La traen de aquí para allá y la venden como esclava. Como puta.
Ahora tenemos que pagar por ella.
Han conseguido que olvidemos que es nuestra, que viene con cada uno, y que no es un producto comercial, sino un rasgo innato del ser y del humano.
Es difícil ser libre, cuando te dan todo pensado.
Es difícil ser libre, cuando estás rodeado de mil estímulos programados, que te provocan aplicar la ley del mínimo esfuerzo en cualquier ámbito de la vida.
Es difícil ser libre cuando te cobran hasta por respirar.
Y es difícil ser libre cuando hay tantas y tantas personas encadenadas.
Al amor mal entendido, al trabajo indeseado, a las cosas, al sufrimiento.
Ejercer la libertad en una sociedad consumista, dormida y corrupta, es un acto que requiere un esfuerzo titánico.
Porque nos han hecho olvidar nuestro gran potencial común, en aras de la individualidad.
No olvidemos el "divide y vencerás"...
En unas sociedades donde hasta el propio pensamiento del que se cree libre es manipulado, la Libertad agoniza tirada en una acera, esperando que algún caballero o caballera andante, la vuelva a hacer dueña de sus sueños y quimeras.
Pero llueve, y nadie pasa.
Hasta que un rayico de sol, vuelva a despertarla.
La libertad aligera el espíritu.
La libertad duele y sangra.
La libertad está en peligro de extinción.
Y yo... Qué queréis que os diga...
Tengo el alma aventurera, la perdí la busqué y la encontré. A veces me quedo atrás en el camino. Pero ella siempre me espera para recordarme que donde vaya ella voy yo.
Otras me adelanto y la dejo atrás, pero también la espero.
Para recordarle que pase lo que pase, siempre iremos juntas.
Y que venga lo que tenga que venir.
Mientras tanto, seguiremos intentando cortar cadenas y demostrar que aquello que siempre fue parte de nosotros, se puede recuperar.
Si la libertad muere, nosotros morimos con ella.
Si la libertad vive, habrá una pequeña esperanza.
Está en las manos de cada uno, ni gobiernos, ni naciones, ni fronteras. Ni dictaduras, ni " memocracias".
La libertad ni se compra, ni se vende.
Porque la libertad, la libertad verdadera, se aloja en el corazón.
El yo libre de perjucios y prejucios.
El yo creativo, el yo afable y amable.
El yo que permite distinguir la identidad verdadera y las verdades peremnes.
El yo que vive en paz, a pesar del mundo.
Nos han secuestrado a La Libertad, y la están prostituyendo.
Y ahí nos quedamos , lamentándonos porque nos han quitado un cacho de alma, el más importante junto al del amor verdadero.
Intentando llenar ese vacío, con las ganas que nos provocan los vendedores de sueños fatuos, que se prodigan como aquellas plagas que como cuenta la Biblia, hubo en el antiguo Egipto.
Se ha matado en su nombvre y en su nombre se han quemado y erigido banderas, fronteras, y grandes estatuas.
La traen de aquí para allá y la venden como esclava. Como puta.
Ahora tenemos que pagar por ella.
Han conseguido que olvidemos que es nuestra, que viene con cada uno, y que no es un producto comercial, sino un rasgo innato del ser y del humano.
Es difícil ser libre, cuando te dan todo pensado.
Es difícil ser libre, cuando estás rodeado de mil estímulos programados, que te provocan aplicar la ley del mínimo esfuerzo en cualquier ámbito de la vida.
Es difícil ser libre cuando te cobran hasta por respirar.
Y es difícil ser libre cuando hay tantas y tantas personas encadenadas.
Al amor mal entendido, al trabajo indeseado, a las cosas, al sufrimiento.
Ejercer la libertad en una sociedad consumista, dormida y corrupta, es un acto que requiere un esfuerzo titánico.
Porque nos han hecho olvidar nuestro gran potencial común, en aras de la individualidad.
No olvidemos el "divide y vencerás"...
En unas sociedades donde hasta el propio pensamiento del que se cree libre es manipulado, la Libertad agoniza tirada en una acera, esperando que algún caballero o caballera andante, la vuelva a hacer dueña de sus sueños y quimeras.
Pero llueve, y nadie pasa.
Hasta que un rayico de sol, vuelva a despertarla.
La libertad aligera el espíritu.
La libertad duele y sangra.
La libertad está en peligro de extinción.
Y yo... Qué queréis que os diga...
Tengo el alma aventurera, la perdí la busqué y la encontré. A veces me quedo atrás en el camino. Pero ella siempre me espera para recordarme que donde vaya ella voy yo.
Otras me adelanto y la dejo atrás, pero también la espero.
Para recordarle que pase lo que pase, siempre iremos juntas.
Y que venga lo que tenga que venir.
Mientras tanto, seguiremos intentando cortar cadenas y demostrar que aquello que siempre fue parte de nosotros, se puede recuperar.
Si la libertad muere, nosotros morimos con ella.
Si la libertad vive, habrá una pequeña esperanza.
Está en las manos de cada uno, ni gobiernos, ni naciones, ni fronteras. Ni dictaduras, ni " memocracias".
La libertad ni se compra, ni se vende.
Porque la libertad, la libertad verdadera, se aloja en el corazón.
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