Pájaros cantores
anuncian primaveras
en una seminublada tarde de Abril.
Voces de niños como duendes,
ecos de charlas tan próximas
como lejanas.
Vecinos de luto esperando
para ir a misa.
Una leve brisa acaricia y refresca mi cara.
Voy vestida de invierno y casi hace calor.
Parece una estampa de Sorolla.
La captura de un momento idílico
perdido
en el monótono transcurrir
de las horas del día.
Vida y muerte paseando juntas.
De la mano.,
Llantos y risas que a la par
se les lleva el viento.
Cantan los pájaros otra vez y
yo me sumerjo en su cháchara.
En un paraíso sonoro que hace
por un momento
que su canto parezca eterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario