En este poco tiempo de soledad, he tenido oportunidad de sentir muchas
cosas. Cosas? No. De sentir muchos aspectos distintos de esta que me
encuentro un par o tres de veces al año, aunque siempre vive conmigo.
Al vacío de porqués, abrazos, besos de repente y repeticiones mil,
algunos me entenderéis ( espero), se suman los otros, los que no han
sido anunciados ni escogidos.
Los que te lanza la vida a bocajarro, sin pensar en el momento, que por otro lado nunca es el ideal.
También he descubierto que toco mejor la guitarra y que todavía tengo
ganas de volver a pisar las tablas, de publicar algo, de hacer malabares
con doce pelotas, con letras o con la vida...Ser un poco más yo sin
dejar de estar en los demás.
He descubierto, o mejor dicho recordado que soy afortunada por teneros a todos.
También veo que el karaoke no se me da nada mal, y que por fin voy a
tener tiempo de aprender con la guitarra esa canción de Ketama que me
encanta.
Que la casa está hecha un asco, y que don't worry, be happy.
Ah!, y que todavía me encanta bailar sola, como ella...
Que la vida es un cuarto de hora y diez minutos ya están gastaos, así que disfrutar no es una elección, sino un deber.
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