SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

martes, 12 de agosto de 2014

LOS DÍAS DESPUÉS

Parece ser que wifi pirata y Tutatis se han aliado para que me ponga a escribir de una vez y deje de distraerme con las actualizaciones de estado y otras fruslerías sin importancia.

La cuestión es que no quiero. Que desde el fatídico día "G" se han sucedido una serie de acontecimientos sin importancia que me hacen pensar si alguien estará traspasando con objetos punzantes alguna muñeca de trapo con ojos verdes y grandes, hecha especialmente en mi honor.

Y si no, juzguen por ustedes mismos:

Al día siguiente del fatal incidente vital me levanté con cara de sapo, y cuando iba a darme una ducha se me puso la piel de gallina. El agua salía helada. Cuando accedí al calentador para ver cual era el problema, observé que no había luz. Y cuando fuí a darle al automático me dí cuenta de que este estaba totalmente desautomatizado. Me la habían cortado. Y estaba pagada!!! Pasa que como pagué tarde y con la sucesión de terribles acontecimientos dados, olvidé mandarles el fax con la copia de la deuda ya satisfecha.

Noche de velas y cuentos.

Al día siguiente del segundo incidente, esta vez no fatal pero insidioso a más no poder, decidí tempranar para ver si amanecía y madrugué. Mejor dicho, quise madrugar. Porque cuando abrí los ojos, esta vez de rana, eran las 11:30 . Mi móvil había decidido irse al cielo de los móviles, también sin avisar. Ahí empecé a darme cuenta de que Tutatis no era lo que parecía al principio. Ahí fue cuando supe que aprieta y además ahoga, qué cabrón. Esto sí que no me lo esperaba de Ël. Incluso empece a desvariar con la idea de que al fín y al cabo éste iba a resultar como todos ... Un problemilla de nada, y desaparecen como la niebla cuando amanece.

Estaba a punto de darme por vencida cuando me engancharon la luz. Descuarticé el móvil y lo resucité parcialmente. Bueeeeno. Me alegré de pensar que Mamácguiver seguía funcionando a pesar de los pesares.

Entonces escuché una explosión dentro del lavavajillas, que yacía apagado o fuera de cobertura. Me aproximé a él de puntetas, lentamente y en silencio. Tardé casi media hora en llegar desde el cuarto de estar a la cocina, aunque compartan pared común.

Cuando llegué hasta su posición ya no me acordaba para qué había ido a la cocina, ni porqué llevaba media hora haciendo el idiota por el pasillo..

Así que me puse a meditar y lo recordé todo. Me pasó como una película por la cabeza y salí de la meditación bruscamente por el susto que me produjo la segunda detonación esta vez imaginaria.

Abrí la puerta lentamente y por el tufillo me dí cuenta de que el cacharro tenía que tener un filtro atascado en algún sitio. Y luego ahí estaba ... destrozado en mil pedazos ... uno de mis vasos de wisky preferidos. Bueno, o de "colacau", vayaustéasaber ...

Ahí ya empece a acongojarme o a acojonarme. Seguramente la dos. Así que para despistar a los malos espíritus decidí ser buena y ponerme a montar la litera que estaba almacenada en una de las paredes de mi cuarto. Cuando voy a quitar la primera pieza, las demás se empiezan a resbalar en plan dominó y rauda y veloz pongo el tobillo para hacer barrera y que no se me raye el suelo.

Lo tengo como una bota. De varios colores. Feo, feo ...

Así que fuí al sofá a llorar amargamente y eso hice hasta que decidí consolarme con la idea de que no me podía pasar nada peor. Para esos momentos, mi relación con Tutatis empezaba a hace aguas. Mayores medianas y menores.

Decidí salir a la calle con los críos, porque me daba que estaba "endemoñada" (la casa).

Y a eso de las siete y veinte hacemos recuento de llaves, y sale negativo. Mis cuatro churumbeles y yo, encerrados en la calle sin remedio. Así que me pongo a quejarme un poco y aparece ahí de repente un cerrajero en paro, que sube y me la abre con un plástico y mucha maña ...

600 pavos que me costó la condenada, y ahora resulta que se abre con un pastiquillo. Le dije al chico que si quería que le bailara el hula-hula o algo y decidió que no. Tampoco quiso cojerme los veinte eurillos que le ofrecí en pago a su favor. En ese preciso momento decidí no desterrar del todo a Tutatis, por si acaso. E hice bien porque ayer, sin ir más lejos, nos quedamos encerrados de nuevo en el mismo sitio y a la misma hora.

Pero ...jajajajaj ... esta vez estaba preparada ...(para llamar a otro vecino que me dijo que si me volvía a pasar, tenía en su casa "chapas" de las que usan los bomberos).

Lo malo que me había dejado el móvil dentro del inhóspito recobeco.

Empecé a buscar al chico por la calle y mandé a mi amiga a su propia casa, para ver si tenía guardada alguna radiografía. Y no lo encontraba, y apareció la otra con una de los metatarsos de la mano izquierda y a la vez el hermano el otro, que me puso en contacto con éste, al cual comente mi estado lamentablemente crítico y tuvo a bien bajar enseguida con la herramienta precisa para echarme una mano.

Vaaaale. Empezamos a subir la escalera, y a eso del tercero empiezo a escuchar estertores. Resulta que el vecino tiene asma y le empieza a dar un vahido. Yo pensando:- este la va a cascar justo cuando llegue a la puerta y ahora a ver quién me la abre. - y luego mientras intentaba recuperarse con bastante poco éxito (tenía la cara Más Allá que aquí), no podía dejar de pensar cómo deshacerme del muerto que me ocupaba (mucho espacio en el rellano).

Más vale que al final logró recomponerse de mala manera y entre los dos conseguimos abrirla después de muchos sudores y empujones para dentro, para fuera y así sucesivamente.

Ya me estaba imaginando el titular del periódico: "Vecino de la Txantrea muere de ataque de asma, mientras intenta desatascar la "puerta" de otra vecina a base de sudores y empujones p'a dentro y p'a fuera y así sucesivamente"

Claro, lo de las comillas en la puerta hubiera sido una errata, pero ya sería tarde y la gente es muy mala, y enseguida se corre la voz de que se me atasca a menudo la "puerta", y ...

Nada. He decidido amigarme otra vez con Tutatis. Pero como se le ocurra volver a intentar ahogarme se va a enterar. Que éste no sabe todavía con quién ha tenido el gusto de encontrarse.