SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

domingo, 10 de diciembre de 2017

IMAGINACIÓN Y PODER

Entre los sentidos que no se nombran, ni se utilizan habitualmente, está el más poderoso de todos: el sentido de la imaginación.
Imaginar, por ejemplo, que puedo cambiar la palabra sentido por capacidad.
No es lo mismo pensar que tenemos ciertas características dadas e inamovibles, que pensar en que tenemos infinitas capacidades por desarrollar.
Así como los sentidos básicos ( vista, olfato, etc.)son necesarios para que nuestro cerebro haga una imagen multidimensional concreta de nosotros y nuestro entorno,
la capacidad de imaginar no depende de ninguno de ellos.
Vive en él.
Es un mundo a parte donde todo cabe, y que puede transformar totalmente la visión de lo que nos pasa y de lo que pasa a nuestro alrededor.
Normalmente no la controlamos, funciona por su cuenta y de esta manera puede llegar a dominarnos.
Cuando alguien no hace lo previsto, enseguida nuestra imaginación propone posibilidades casi siempre negativas:
Se habrá perdido. Habrá tenido un accidente.  Habrá decidido dejarme.
Seguro que está con otro. Lo habrán secuestrado.
Cuando al final no ha pasado nada de eso y la explicación era en realidad mucho más sencilla, hablamos de que la imaginación nos ha jugado una mala pasada.
Ella juega con nosotros, pero nosotros no jugamos con ella.
Sólamente las personas que conservan la capacidad de ser niño pueden permitirse el lujo de disfrutar de ese universo infinito y original.
La imaginación ha permitido al hombre inventar, experimentar, investigar y desarrollar todo lo que hoy en día somos y tenemos alrededor.
Todo parte de una inquietud, una visión, un sueño.
De la imaginación, que nos da el impulso necesario para hacer lo que queramos, realidad.
Imaginar que podemos hacer algo, cuesta exactamente lo mismo que imaginar que no podemos hacerlo.
Con la diferencia que la primera opción reduce ampliamente las posibilidades y la segunda las aumenta sustancialmente.
Se trata de una simple elección que va a condicionar nuestra actitud posterior frente a todo.
Los del traje de mandar saben del ingente poder que tiene esta capacidad, y por eso nos lo dan todo ya pensado e imaginado. Las formas, los colores, las modas, tendencias, comportamientos sociales y mentales.
Lo que debemos comer, escuchar, beber, oler, lo que nos debería gustar leer o ver en la tele.
Todo está registrado en imágenes infinitas que repiten de forma machacona en cualquier tipo de pantalla.
Saben que la imaginación funciona produciendo las imágenes que queramos proyectar en ella, y que es la semilla para descubrir la capacidad más poderosa que tenemos: la de cumplir el sueño de cada uno.
La de la realización personal.
No conviene que seamos autónomos y mucho menos que sepamos que con pulsar una tecla distinta en la forma de pensar habitual, seríamos capaces de cualquier cosa.
Por lo tanto, se dedican a reducir nuestra imaginación todo lo posible, hasta llegar al punto de que muchas personas no saben ni que la tienen, y mucho menos que pueden utilizarla con resultados extraordinarios.
La imaginación nos permite inventar pensamientos e imágenes positivas que pueden hacerse realidad.
Debería cultivarse, regar, dejar crecer y multiplicarse igual que todo lo importante en esta vida.
"Piensa mal y acertarás"
Piensa bien y serás más feliz.
Imaginación al poder...¡De todos!

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