SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

sábado, 6 de agosto de 2016

GRANADA (EL REALEJO)


Buenas tardes a todes.
Apurando mis últimas horas por aquí, hoy le ha tocado el turno al barrio del Realejo, pero antes obligada visita a la catedral, donde me he quedado escuchando la historia que contaba una guía turística muy agradable sobre el reinado de Isabel y Fernando. Si mal no recuerdo, eran los padres de Juana la Loca.
Que por lo visto no estaba así porque tuviera fragilidad mental, no... estaba loca porque su querido primo y esposo Felipe "el hermoso", era muy dado a coleccionar amantes. Y ella, que lo quería (sólo para sí), moría ahogada en el mar de celos que le entraba cada día, cuando despertaba sola en el lecho conyugal.
Es lo que tiene pretender hacer del corazón de un hombre una propiedad privada...
De allí, nos hemos acercado hasta la alcaicería: una extensión de callejones estrechos e intrincados, donde los mercaderes exponen todo tipo de lámparas multicolores, plata, chilabas y demás telas coloridas, desde los tiempos de Al Andalus.
Olor a cuero, a especias..., a incienso, a té con menta...
En medio de esos pasillos en los que una pudiera creer que está en cualquier zoco de Marruecos, nos ha explicado que la palabra alcaicería quiere decir gracias a César. Y por qué? porque fue él quien concedió a estos mercaderes musulmanes la exclusiva de la venta de las sedas, puesto que ellos ya conocían su procedencia y criaban gusanos igual que en China. En las moreras.
El dato curioso es cómo una princesa china estaba tomando te chino en su taza de cerámica china, en un jardín de la misma procedencia, cuando de pronto se le cayó el capullo de un gusano (oriundo de aquel mismo lugar), justo dentro de la taza en la que estaba bebiendo. Asqueadita, intentó sacarlo, pero al calentarse, el hilo de seda se fu e desprendiendo y ella, que era muy lista como todos los chinos, se dió cuenta de que aquel material era muy suave, además de bastante resistente.
Otro dato llamativo es que cada capullo de seda está hecho con un sólo hilo que mide más de un km.
Y fue así como empezó la tradición de criarlos en China. Lo de aquí fue pura imitación. (Qué paradoja).
Tambíén nos ha comentado que en el afán de terminar con cualquier resquicio de la estancia y la cultura de la religión musulmana en Granada, quemaron todas sus bibliotecas que contenían toda suerte de tratados de medicina, astrología, geología y de toda la sabiduría que albergaban, que no era poca ni mucho menos.
De hecho, fue un señor musulmán, oftalmólogo para más señas, el que inventó las gafas en el siglo once, despues de estudiar la fisiología del ojo y darse cuenta que se podía engañar a la vista utilizando lentes de diferentes grosores-.
Entonces, en mitad de la quema, aunque ellos no entendían q ué ponía dentro de aquellos libros, algún alma sensible decidio´guardar y coservar el más grande de todos, que a la sazón resultó ser el corán. Jajaja!, Qué pringaos!...
Y bueno, después de esta clase de historia tan interesante en la que espero mi memoria no haya fallado, la cosa pedía cervecita y tapa, y más cervecita y más tapa, así hasta reventar.
Paseito de vuelta a casa y mañana carretera y mantra otra vez.
Total, que me voy con la maravillosa sensación de haber echao un multiorgásmico polvo espiritual , así que espero volver algún día...
Y a vosotres, buenas tardes a todes.
Próximo capítulo: Cádiz

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