SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

domingo, 8 de octubre de 2017

¡CHSSST CHSSSST! ¡EYYYYYY! ¡AQUÍÍÍ!

Hay muchas formas de llamar la atención.
Y esto es exactamente eso.
Un toque y una invitación a la reflexión sobre la oferta y la demanda de atención por estos y otros lares. También sobre la distribución equitativa de la misma,  partiendo del hecho de que no se puede prestar atención a todo y a todos.
Básicamente porque lo que publicamos a menudo no son regalos aunque lo parezcan. Suelen ser préstamos a fondo perdido, cuando en realidad la mayoría esperamos recibir el pago al menos con un  poco de interés.
Cuando una persona llama la atención es porque siente que necesita ser atendida.
Y esa necesidad se puede traducir en exigencia, en tristeza, en abuso, en silencio,en dependencia y en dolor o enfermedad si no es subsanada, (antes nos protegía la manada. Ahora ya no hay manada. Esto es un sálvese quien pueda),
o puede ser transformada en arte. Cosa bastante difícil de conseguir, por cierto.
Por aquí escribimos intentando llamar la atención, pero de forma elegante, eso sí... despistando con cualquier tema o sentimiento. Como quien no quiere la cosa. Como si la cosa en realidad, no fuera con nosotros.
Pero claro. Habemos muuuchos.
Y todos sentimos la necesidad de expresarnos con la esperanza de ser atendidos.
Y es aquí cuando una sin apenas darse cuenta, pasa de escribir por el puro placer de hacerlo y después vomitar  de la mejor manera posible encima de los demás lo que lleva dentro, a escribir con el pensamiento de que ojalá hoy me lea alguien más.
Para eso necesito prestar mi atención a los otros y así conseguir que a su vez  me la correspondan.
Se dan entonces unas relaciones ( a menudo en la distancia) amigables y cordiales que en raras ocasiones se materializan fuera de este contexto.
Nos agradecemos la atención mutua con nuestra presencia momentánea.
Esperando que nos paguen con la misma moneda, claro.
No todos necesitamos la misma cantidad, eso es cierto. Cuanto más publicamos más necesidad.
Es directamente proporcional.
Qué vergüenza me doy ahora mismo.
Más vale que de vez en cuando aparecen contados maestros y maestras que prestan sus saberes.
La cuestión entre los que escribimos es que cuando la atención que nuestro vacío de turno exige no es suficiente, existe la posibilidad de darse al " me gusta" a uno mismo para captar más receptores por otra vía diferente.
 O inventarse una página propia o grupo abierto o cerrado, e invitar a la mayor cantidad de gente posible, sin pedir permiso en la mayoría de las ocasiones, con la intención ( equivocada creo por lo que he visto) de asegurarse una permanencia que cubra la incesante demanda de atención que nunca parece bastante.
Entonces como todos somos muy majos, educados y hasta a veces literariamente correctos, participamos en todos los grupos en los que nos secuestr digo invitan, pero compartiendo en cada uno la misma publicación. De manera que acaba aquello convirtiéndose en una sucesión repetitiva de textos y gentes que también demandamos nuestra porción de" hola, estoy aquí ".
Y si no quieres hacerte una página, siempre nos quedan las etiquetas.
Por su puesto sin pedir permiso también, algunas personas se toman la libertad de arrebatarte la que tú tienes para elegir cómo cuando y a quién deberías atender.
Y entonces me asalta una cuestión:
Si todos tenemos nuestra propia cantidad atención, ¿No sería mejor emplear algo de ella en atendernos a nosotros mismas en vez de estar prestándola a diestro y siniestro, para luego tener que andar por ahí pidiéndola, sabiendo que en la mayoría de los casos no va a ser abonado el interés y en el caso de que lo sea, puede que sea por "obligación" y no por devoción?
Nos leemos desde hace años pero en realidad no nos conocemos.
Esta es una opinión general, una visión al vuelo.
Entre todes siempre hay excepciones, y unas cuantas en mi caso afortunadamente.
 Creo que recojo mucho más de lo que siembro. Me muevo con libertad ( o eso pretendo creer)  y si tuviera que corresponder al tiempo que tienen a bien pasar conmigo a través de mis escritos sencillamente no podría.
A veces por falta de ganas, otras de tiempo y otras por ambas cosas a la vez.
Y también porque de ciento a viento me da por recordar que lo verdaderamente importante donde tengo que centrar la mayoría de mi atención, no se encuentra dentro de una pantallica con teclas.
Las cosas como son.
Las cosas... ¡Cómo son!
Hay que ver cómo son las cosas, tú.

Quiero dar las gracias a todas las personas que a través de este medio ( facebook) y de las letras se han ganado un hueco en mi corazón y espero que viceversa.
Afortunadamente todo tiene su parte preciosa.
Me retiro un ratico a descansar.
Que me tengo loca.
Igualica que el perro del hortelano.
Cualquier cosa, por privado.
Hasta la vuelta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario