SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

martes, 8 de abril de 2014

CRIMEN PERFECTO. CONFESIONES DE UNA ASESINA V




Pamplona a 5 de abril de 2014

...Al final me decidí y llamé  a Gladys. Cuando respondió le dije que era una compañera de trabajo de Alba y que tenía un mensaje para ella.
Me contestó que Alba no tenía amigas, y que le dijera de que la conocía. Me quedé supercortada y tardé unos segundos en responderle que en realidad daba igual como o cuándo la había conocido, necesitaba hablar con ella de forma urgente. Propuse tomar un café juntas para explicarle, a lo que ella respondió que la dejara en paz y me colgó el teléfono.
Joder, me he pasado toda la noche sin dormir pensando, sin llegar a ninguna conclusión. 
Voy para el hospital.
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Cuando  he llegado allí y he abierto la puerta de la habitación me he encontrado de frente a Alba , mirándome fijamente. Me he alegrado tanto que he ido a abrazarla, pero sin llegar a ella ya me he dado cuenta de que no me había reconocido. Tampoco me ha dicho nada...
He salido de la habitación conmocionada, y me he dirigido al despacho del médico que lleva su caso para que me informara. Pero no estaba. He tenido que esperar en el pasillo un par de horas hasta que ha terminado con una operación.
Y en todo ese tiempo no he dejado de pensar. En realidad pudiera pasar de esta historia y dejar que las cosas sean lo que tengan que ser. Al fin y al cabo Alba no es nada para mí, aunque le tengo cierto cariño. Y Gladys me ha dado con la puerta en las narices.
Pero también sé que mi ética no me va a permitir seguir viviendo tranquila si me mantengo al margen de la situación.
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Por fin ha salido el doctor. Me comunica que todavía es pronto para saber el alcance real de sus lesiones. Puede que sufra una pérdida de memoria transitoria que luego vaya recuperando de forma paulatina, o que no la vuelva a recuperar.
Lo mismo que el habla.
Vaya panorama. Esto no puede ser. Ahora mismo está completamente sola y perdida. Tengo que ver a Gladys. Voy para su casa. Vive en Berriozar. Iré andando. Es posible que a ella sí la reconozca. Al fin y al cabo es la única persona en el mundo que la ha querido de verdad.
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A medida que me voy acercando mi corazón  se acelera . No sé muy bien por dónde empezar. Alba me habló de ella en la última entrevista. Pero fue muy por encima. No tengo ni idea de cómo entrarle. Me veo ahora mismo en la piel de un policía de esos programas que suelo ver, cuando van a casa de los familiares para comunicarles cualquier desgracia. Nunca suelen traer buenas noticias.
Es muy duro. Vengo pensando que lo mejor de todo es que le cuente mi verdad, tal cual pasaron las cosas. Pero no es fácil decirle a alguien que está casada con una asesina. Si es que es una asesina, que no se sabrá hasta que el fiscal exponga los cargos de los que se le acusa. Ya he llegado.
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Parece un barrio agradable... hay muchos niños.



 Pamplona 6 de abril de 2014

Llamé a la puerta de su casa. El portal estaba abierto. 
Me abrió  un niño rubio con cara de "pispajo". Le pregunté si estaba Gladys y me respondió:
- Si, es mi mama. ¿Sabes? yo tengo dos mamás pero la otra está trabajando mucho y no puede venir porque el trabajo está en otro país lejos.
Gladys se aproximó desde el pasillo hasta la puerta preguntando quién era.
- Hola, me presenté, hablamos ayer por teléfono. Siento presentarme así, pero escúchame por favor: tengo noticias de Alba que debes saber.
Debió de ver mi cara de preocupación, me invitó a pasar y me ofreció un café que yo acepté de buen grado.
Durante unos minutos se hizo un silencio tenso. Yo no sabía por dónde empezar, y ella parecía algo ensimismada. Por fin empezó a llorar, lo cual ya me me descolocó del todo.
Empezó a decirme entre sollozos que ya sabía que se había enamorado de otra, porque hacía muchos meses que no se había puesto en contacto con ella ni con sus pequeños. Que no quería aceptarlo, por eso me colgó cuando la llamé, pero que llegadas a este punto y aunque ahora estuviera conmigo, ella estaba dispuesta a ayudarla en lo que fuera porque la amaba. 
Me quedé de piedra. Ella lloraba. La abracé, y le conté que estaba totalmente equivocada . Y relaté cómo la había conocido aquel día en la cárcel.
No podía creerlo, y cuando empezó a asimilarlo le asaltaron todas las preguntas del mundo. El bebé empezó a llorar,  y el "rubiales" no paraba quieto. Así que aproveché el momento para sacar el pen drive del bolso, ponérselo en la mano y decirle : 
- Aquí está todo lo que sé de ella. Lo que vas a escuchar es muy fuerte, así que te aconsejo que encuentres un momento de calma para oír todo lo que Alba nunca te contó de su vida. Supongo que para protegeros a ti, a los niños y en definitiva a ella misma. Eres la única persona que a la que ha amado en toda su vida. No lo olvides por favor. -
Gladys cerro la mano y se la puso en los labios. Levantó la mirada y me dió las gracias. Luego le dió las gracias a Dios, y yo me despedí ofreciéndome para cualquier cosa que necesitaran.
Salí de allí sin decirle que Alba estaba en el hospital. No fui capaz. Pensé que sería mejor ir por partes dada la extrema delicadeza de la cuestión.
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Necesito un tequila, o algo fuerte. La verdad es que esta situación me tiene desbordada. Por un lado es un reto periodístico que me permitiría dar el salto que necesito para promocionarme de una vez y dejar de trabajar de forma temporal y a salto de mata. Que una ya no está en edad.
Pero por otro, tengo una implicación emocional en él, que me impide verlo como un simple trabajo. Las horas pasadas con Alba y ahora haber conocido a su mujer y a los chicos, me han puesto en una tesitura difícil de mantener. Creo que en este caso la persona supera a la periodista, y no se hasta que punto eso es bueno.
Bueno... basta por hoy. Mañana me toca cubrir un nuevo desahucio. Esto se está convirtiendo en el pan nuestro de cada día. Es una pena. Después de todo tengo suerte... techo y comida no me faltan.
Estoy hecha polvo... ha sido una larga jornada. Duchita relajante y a dormir. Mañana será otro día.
Me alegro de haber conocido a Gladys por fin. Y en cierta manera la admiro. No ha debido de ser fácil para ella amar a alguien como Alba. Aunque no supiera nada de su pasado.





2 comentarios:

  1. ¡Menos mal que te contó su historia antes de perder el habla!

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  2. me meto yo sóla en cada berenjenal que luego no sé ni por dónde salir...

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