SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

jueves, 27 de abril de 2017

"ALFONSINA Y EL MAR" (LA HISTORIA DE UNA POETA SUICIDA)

Desde lo más alto de la atalaya
y de frente al acantilado,
puedo ver la linea curva del mundo en el horizonte. 
De pronto me siento tan pequeña...
También las olas, que traídas por la marea,
irrumpen en el pensamiento quieto de la roca,
para chocar con él,
y dislocarse en mil pequeños arco iris.
Respiro hondo de ese aire que huele a mar,
y llena mis pulmones de aquellas nostalgias inspiradas
pero nunca expiradas.
Y mi mente, de todos esos poemas
tan inconclusos como las propias páginas
de mi convulsa existencia.
Necesito terminar, hundirme del todo
y no volver a flotar para volver a sumergirme.
Ya no puedo con el yugo de esta soledad
que no se llena con palabras, ni con música,
ni con nada, ni con nadie.
El amor no me quiere a su lado.
Me dejaré caer, abandonaré mi cuerpo al viento.
Ojalá pueda convertirme en pequeños arco iris,
igual que los que resultan cuando las olas irrumpen
en el pensamiento de la roca quieta.
Hay quienes nacen para vivir,
y quienes empiezan a morir
desde el momento que ven el mundo.
Me tocó ser de esas.
Fortuna, desgracia. Amor. Desamor.
Todo es relativo menos las verdades absolutas.
Vida, muerte. Muerte.
Suponiendo que este fuera el último pensamiento dramatizado de Alfonsina Storni, antes de desaparecer en las aguas, se me ocurren dos preguntas:
¿Estaría realmente tan sola como se sentía? .
Y si no fuese así, ¿por qué no era capaz de percibir el amor que seguramente la rodeaba?
Las palabras, si no van acompañadas de actos, pueden llevar a la soledad más absoluta..
De otra manera, en vez de puentes,pueden convertirse en abismos.

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