Es tarde y de noche. Escucho voces lejanas que se me antojan conocidas. Dicen que me ocupe y no me preocupe.
Que aunque no me lo parezca todo está bien y que todo esfuerzo tiene su recompensa.
Al fin y al cabo, la realidad siempre supera a la ficción. No creo que sea nada grave.
Llueve y llueve. Y espero que este agua que todo lo limpia entre en
cascada imaginaria como aire por mi nariz y arrastre con ella las ramas y
troncos que impiden que mi energía pueda expandirse libremente.
Oigo llover y lluevo.
Y por una vez siento que también soy lluvia y sólo eso.
Debo tener los chacras desordenaos.
Y el aura turbia.
A ver qué hago ahora.
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