Cierro los ojos y me veo perdida en un precioso paisaje al que parece que no perteneciera.
Como si un abismo gigantesco me separara de todo lo que me recuerda quién soy y lo que me costó llegar hasta aquí.
Como si estuviera rellena de infinito.
Vagando como siempre entre escenas costumbristas y autopistas del absurdo y la ilógica aplastante.
En un maremágnum de palabras que por un momento me parecen barreras en vez de puentes.
Veo salir burbujas desde mi alma que ingrávidas traslúcidas y
brillantes se desplazan lentas y ligeras hacia arriba hasta explotar y
mezclarse con las nubes.
Son néctar de arco iris.
Está lloviendo.
Quizás cuando salga el sol vuelvan a mí transformadas en rayos de colores.
Estaría bien.
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