SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

lunes, 5 de junio de 2017

LA ARRUGA ES BELLA

A estas alturas de mi vida, si algo he aprendido bien es que si una misma no sabe quererse, difícilmente alguien ajeno sabrá quererte bien.
Porque nadie nace aprendido.
Si, me lo creo y me propongo firmemente quererme y mimarme como nunca nadie en la vida mundial.
(Por si le tengo que enseñar a alguien más que todo).
Vale.
Me voy al baño, me pongo en pelota picada delante del espejo y empiezo a observarme como si no me hubiera visto nunca.
(Para quererme de forma integral, ecológica, acorde con el medio ambiente de Canarias, por ejemplo).
... Después del susto inicial, me doy cuenta que ya me habia visto antes, y me tranquilizo un poco.
Y empiezo de arriba abajo.
La raíz blanca del pelo sobresale como un centímetro del tinte.
Como soy de proceso lento y me cuesta decidirme a quererme como a la cuarentayochona canosa total que soy, me voy queriendo por centímetros, no de sopetón que me estreso viva.
Asi que tengo que amar mi pelo pelirrblanco así, tal cual.
Si. No está tan mal del todo.
Frente: la arruga es bella, la arruga es bella, la arruga es bella...
Luego ya la cosa se pone mejor, porque la ceja se divide en dos partes más o menos bien definidas y los ojos que hay debajo son bonitos, verdes, un poco hundidos, pero rodeados de unas ojeras tipo osa panda que además resaltan el color esmeralda sin pulir.
Me amo, me amo joder...
Lo de la nariz ya empieza a ser conflictivo... Yo la quiero, pero sólo para oler....tampoco hacía falta esa curvatura y ese ligero parecido a la de un oso hormiguero que tendrá cuando tenga noventa años.
Me cago en quien me dijo que las orejas y la napia siguen creciendo de por vida.
Es un claro atentado contra el amor propio en toda regla.
Que esa es otra, porque amar a mi aparato reproductor, con todo lo que me ha hecho, manda güevos.
Que sí, que los hijos son muy monos, pero aunque te digan que son para siempre, es una verdad velada.
Nadie puede imaginar siempre, porque no sabemos cuánto dura. Y eso es esencial para hacer las cosas bien y en los plazos previstos.
Las estrías me recuerdan al acordeón de mi padre, pero así como desafinado.
....Esto de amarse una misma, ¿ a quién coño se le ha ocurrido?.
Hablando de eso... Mejor me callo.
Nunca nadie me dijo que las canas y las calvas salían por todo.
Cabrones.
Que te dicen lo que no importa y lo importante se lo callan.
Como la menopausia.
El bigote femenino es bello y la barba también, el bigote es bello y la barba también...
¿Y lo de las uñas de los dedos gordos de los pies?
¿Cómo se van retorciendo en sí mismas para incrustarse, que te pisa una hormiga y parece que te ha pisado un ornitorrinco?
La gente es mala y no avisa.
Los hongos molan, los hongos molan...
Y bueno, por no extenderme, cuando termina la experiencia me quiero tantísimo, que me duelo de lo guapa que soy.
Y si no os lo creéis, eh,...
peor para mí.
Que voy a tener que hacer, para autoconvencerme, un pase de modelos como vine al mundo, cada diez minutos por el pasillo, y estoy segura de que mis hijos no me lo iban a perdonar.
Además, una de las partes de quererse una misma es procurarse un entorno armónico acogedor y agradable.
No agónico, constrictor, y arrasable.
Lo de vivir con cuatro niños monos tampoco es que ayude, aunque entretiene lo suyo.
Bueno, bueno... Yo creo que esto de quererse a una misma, o tomo soluciones drásticas como comprar cuatro billetes de vehículo que se desplace medianamente rápido y los mando de viaje por tiempo indefinido, y ya después me lío con lo del ambiente zen, el fen sui, y en cuanto acabe de amar los trescientos cincuenta mil pelos que tengo mal repartidos, ya empezaré con todo lo demás.
Qué lastimica.
Si a mí en realidad con quererme un poco me basta... Tampoco...

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