En las horas quietas
de la mañana
bajo el manto
del canto revoltoso
de los pajarillos,
respiro calma inquieta.
En el comienzo
de un nuevo día
de sol y flores
mis dedos recorren
el teclado como posesos.
Un lienzo en blanco
pendiente de colorear,
teñir o desteñir.
Quizás mañana
no esté aquí...
Pudiera ser
el último cuadro que pinto.
Así que saco la paleta
y me da por utilizar
sólo ciertos colores.
Los del amor y la esperanza.
El de la comprensión
que no es tolerancia.
el de la cultura sin fin,
también el de la utopía,
así como el color ternura.
Y me pongo a dar
vueltas al pincel
como bailando danza pagana.
Y cuando termino,
de laurel pinto una hoja.
Que estando la vida
como está
pintar en lienzo blanco es
como deshojar margarita:
No hay garantía,
pero ante la duda
ayuda a las musas pido.
Y encomendándome
a los astros
pinto en mi hoja blanca
sueños... de cupido no,
sólo de amor, de sino o destino.
Y me quedo largo rato
pensando
cómo se plasmarán éstos,
sin tener tintura incondicional...
del canto revoltoso
de los pajarillos,
respiro calma inquieta.
En el comienzo
de un nuevo día
de sol y flores
mis dedos recorren
el teclado como posesos.
Un lienzo en blanco
pendiente de colorear,
teñir o desteñir.
Quizás mañana
no esté aquí...
Pudiera ser
el último cuadro que pinto.
Así que saco la paleta
y me da por utilizar
sólo ciertos colores.
Los del amor y la esperanza.
El de la comprensión
que no es tolerancia.
el de la cultura sin fin,
también el de la utopía,
así como el color ternura.
Y me pongo a dar
vueltas al pincel
como bailando danza pagana.
Y cuando termino,
de laurel pinto una hoja.
Que estando la vida
como está
pintar en lienzo blanco es
como deshojar margarita:
No hay garantía,
pero ante la duda
ayuda a las musas pido.
Y encomendándome
a los astros
pinto en mi hoja blanca
sueños... de cupido no,
sólo de amor, de sino o destino.
Y me quedo largo rato
pensando
cómo se plasmarán éstos,
sin tener tintura incondicional...
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