SOLILOQIOS DE UNA BEASTRUZ PERDIDA EN TERRANOVA

domingo, 28 de julio de 2013

CUESTIÓN DE PIEL

                       CON  NOCTURNIDAD Y ALEVOSÍA

Aprovecho estas horas extrañas de  la noche para pararme y respirar. Pero no sólo con el estómago y la nariz, sino con todos los poros de este órgano tan desconocido como importante llamado piel.
Y hablo de extrañas horas porque hacía mucho tiempo que por "h" o por "b" no conseguía estar un rato a solas conmigo misma. Aunque sólo sea para respirar. 
La piel ... es la que más espacio ocupa y de la que menos nos ocupamos. Es raro que alguien te abrace de repente o te suelte un te quiero pero de forma universal, o simplemente te haga saber lo bonita que resulta tu sonrisa a la luz de la brisa. Y no hablemos más si encima se trata de un ser desconocido o de un acto espontáneo. La piel se descoloca. Y todo tiene que estar en su sitio. Como mandan los cánones... o los canónigos, no lo tengo muy claro.





Pero mi piel vibra y yo lo noto. A veces, la mayoría, adopta la forma de la de  gallina. No sé si por impresiones varias o por el "pienso" que como. Pero también ordena a mis pelos ponerse de punta de vez en cuando, y esa sensación entre expectativa y vértigo me encanta.
Deberíamos hacerle algo más de caso a ésa que ocupa tooodo nuestro contorno y pone lìmites físicos a nuestro interior expansivo por naturaleza.
A ésa que se estremece cuando estos límites son traspasados y compartidos.
A ésa que nos permite ponernos en la de otros para aprender a comprender.
Creo que la piel guarda secretos a voces que casi nadie se ocupa de investigar. Y yo estoy convencida de que hasta que no trabajemos todos desde la piel, no vamos a ir a mejor.
... Quizás si consiguiéramos sentir la de los demás como si fuera la nuestra, otra gallina cantaría. Y quizás algún gallo pondría huevos. Y quizás también empezáramos a darnos cuenta de que son muchas más las similitudes que las diferencias.
La piel mola. Hazte caso.

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